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¡FELIZ AÑO NUEVO, CARTOMANTE! Vengo a sacarte del sopor del 1 de enero, porque abrimos ciclo con una luna nueva en Capricornio, un número de año mágico, y muchas cosas que contar. ¡Empezamos!

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Tanto dentro como fuera

Estos días que han desembocado en Nochevieja he estado haciendo revisión de año, que es una cosa muy capricorniana: qué ha pasado, qué hemos hecho, cómo lo hemos hecho, y qué lecciones hemos aprendido. Quien me conoce sabe que este proceso me cuesta (vamos, que me tienen que atar a una silla para que yo dedique tiempo a esto), pero últimamente se me quedaba el año con la emoción asociada a diciembre, y me daba rabia no ver más allá.

Así que lo que he hecho este año es imprimir un calendario anual de 1 página (estos que cada mes es una columna), y, con el calendario de la nevera en la mano, apuntar todas las cosas guays que hemos hecho este año. En concreto, la gente a la que hemos visto, los viajes que hemos hecho… (también he marcado los cumpleaños infantiles a los que hemos ido, sin nombre del cumpleañero, para hacerme una idea de la vida social de la parte infantil de la familia. Spoiler: tienen más que la parte adulta).

Este ejercicio me ha dado mucha alegría. Ha sido un año muy social en el mejor de los sentidos: hemos hecho viajes-visita que teníamos pendientes desde hace mucho, y se nos ha pasado un poco la sensación de “pf a esta persona no la vemos nunca, me siento fatal”. Y diréis, “Pero chica, vaya problema del primer mundo, ¿quién necesita esforzarse para quedar con gente que te cae bien y a la que quieres?”. Pues cari, yo. La rutina me come la tostada, y caigo en hábitos ermitaños sin darme cuenta, y cuando me doy cuenta estoy de un humor de perros porque llevo un mes sin hablar con mis amigas.

Por tanto, si esto te suena, este es tu permiso para dejar de fustigarte (por ideas raras de que no quieres a tu gente lo suficiente) y empezar a tratarte con amor. Si necesitas asideros para salir de la concha del ermitaño, prepáralos, para cuando te hagan falta. Por ejemplo, al principio del mes haz una lista (o un bingo de 5x5, lo que sea), de gente con la que quieres tener contacto en ese mes. Puede ser un meme, una llamada, un café, o un viaje. Pero contacto. Ponte de objetivo contactar con un tercio de esa gente (o, si es el bingo, de hacer una línea). Y cuando lo consigas, ¡celebra!

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Tanto arriba como abajo

La luna nueva en Capricornio coincidiendo con el cambio de año es una llamada de atención para darnos ese espacio de revisión y orden en nuestro entorno y en nuestra cabecita. Capricornio es experto en lo tangible, en ir a por la abundancia que nos merecemos, y en la resiliencia que necesitamos para conseguirla. Esto, te reconozco, puede agobiar un poco. Tenemos, como en todas las lunas nuevas, seis meses para que las semillas de que plantemos ahora florezcan, así que tómalo con calma: Capricornio entiende que las cosas llevan su proceso.

Marte, además, sigue retrógrado, y entrará en Cáncer dentro de poco. Esto acentúa un poco más esa sensación de empezar despacio, de que cuesta arrancar, y como decíamos en el anterior boletín, nos generará una frustración muy íntima, probablemente relacionada con temas familiares. En España aún no hemos acabado del todo las fiestas, así que ánimo con el último empujón.

Dentro de poquísimo, encima, cambian los nodos lunares. Los nodos lunares cambian cada, más o menos, año y medio. Hasta ahora estaban en el eje Aries-Libra, lo que implica que se han vivido procesos relacionales (referidos al Yo y al Otro, cómo nos entendemos en soledad y qué reflejo se nos devuelve en compañía).

Los ejes juegan con la dicotomía de “como es arriba, es abajo” (as above, so below), dejándonos ver todo el rango de posibilidades disponibles en una categoría concreta. Aries-Libra se centra en lo relacional (como es en el Yo, es en el Otro), y Piscis-Virgo, que es lo que se viene, se centra en la conexión: como es dentro de mí (conexión entre todas las partes que me conforman) es fuera (conexión con todo lo que me rodea). Así que vamos a entrever qué lugar jugamos en la coreografía imposible de la realidad, a la vez que vamos a entender mejor cómo afectan a nuestro sistema cuerpo los estímulos que recibimos desde fuera.

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Vamos con las semillas:

• Luna nueva en Capricornio: propósitos de año nuevo. Pero hazlo GUAY. ¿Qué doce cosas te gustaría hacer este año? ¿Te gustaría aprender a hacer ramen? ¿Bufandas de ganchillo? ¿Programar en Python? (no me mires así, cosas más raras se han visto). Propón un reto mensual, con objetivos accesibles (una versión 1.0 de lo que sea: un tiramisú, por ejemplo). Puntos extra si es algo que llevas mucho tiempo queriendo hacer, pero nunca encuentras el momento porque “no sirve para nada” (por favor, cuando leas esta frase ve a un espejo y mírate con esta cara -> ¬_¬) (gracias!).
• Marte retrógrado: ¿cómo puedes hacer más acogedor el “puertas para dentro”? Estos días son agotadores, todo el mundo se empeña en “despedir el año” o “felicitarte el año” y acabas sin batería para el resto del día. La productividad dentro de casa va a ser difícil en estas condiciones. ¿Qué necesitas para recuperar esa energía?
• Los ejes lunares: ¿qué se está acabando que empezó más o menos en 2023? ¿Qué crees que está por empezar? Mi estrategia este año ha sido llenar mi vida tanto de gente que me hace bien que no tengo tiempo ni energía que dedicar a la gente que no me interesa. Esto está parcialmente basado en un consejo de alimentación, y es que si quieres comer mejor, no tienes que quitar cosas de tu dieta, sino poner más, pero que te hagan bien: más verduras, más frutas, más proteínas… Pues es eso, pero aplicado a la gente. La intención, cómo cambia la historia.

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Tanto antes como ahora (como luego)

Hace poco descubrí que tenía una de mis barajas sin mezclar siquiera, y me hizo mucha ilusión poder abrirla. Así que os presento, junto con mi propósito de ver más películas de terror clásicas, el Tarot de los Monstruos de Universal. Veamos qué nos cuenta.

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Las cartas nos hablan de una confrontación: la turba con sus antorchas se va a encontrar con el acceso bloqueado. Van a empezar a pasar cosas de forma un tanto atropellada, y puede que tu solución para que no te afecten (que es cerrarte en banda) no sea la más adecuada. No estás en el momento de abrazar toda esa intensidad, pero puedes jugarlo con mano izquierda y perfil bajo por ahora, mimetizándote con el entorno. Esto no evitará que tengas que enfrentarte a todas estas cosas en algún momento, pero para entonces ya tendrás más energía, más ganas, y habrás allanado un poco el camino.

Ahora mismo el cuerpo te pide hibernar y que el mundo se las apañe, pero te vendrá bien recopilar información para ir construyendo poquito a poco.

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Deseo que esta etapa sea amable y suave contigo, y que cuando salgas de la cueva la realidad sea brillante y cálida.

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Te espero al otro lado, Reader.

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