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Si llevas cuatro días sin pegar ojo, ¡enhorabuena! acabamos de terminar el ciclo de eclipses por este año, y el último es esta luna nueva en Escorpio que no ha dejado piedra sin levantar.

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Tanto dentro como fuera

Pues qué quieres que te diga, estoy agotada. Estos días me han removido mucho, y lo (poco) que he dormido me ha dejado peor de lo que estaba. Ha habido de todo, aunque creo que al final he salido (dolorida y ojerosa, pero entera) de todas estas Revelaciones. Y bueno, ahora toca procesar.

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Tanto arriba como abajo

Esta luna nueva cierra un ciclo de eclipses en el eje Tauro-Escorpio, que nos habla de lo que tenemos y lo que perdemos (la vida/abundancia y la muerte/escasez). La intensidad de Escorpio está desatada en momentos como éste, y es especialista en destapar cosas ocultas o descubrir la verdad bajo la máscara.

Este eclipse además viene con Marte en la mochila. Marte está en Escorpio también (cosa que le encanta, porque es uno de sus planetas domicilio), y esta conjunción hace que las revelaciones sean mucho más directas y que nos dediquemos a estos descubrimientos con energías renovadas.

Marte, el Sol y la Luna tienen, además, a Urano y Júpiter enfrente. Este combo (Urano, el destructor de realidades creadas, y Júpiter, el amplificador) apuntan a que las estructuras mentales que teníamos, las creencias que sosteníamos, se van a derrumbar de una forma muy escandalosa.

Como hemos hablado otras veces, Reader, los eclipses tampoco son el mejor momento para plantar nada, y es más recomendable dejarse llevar por la oleada energética del momento. Son un poco el Genio de la Lámpara, que te ofrece un poder extraordinario pero que va a tergiversar tu petición para que salgas perdiendo.

Por tanto, lo que te sugiero este mes es que seas amable contigo. La rotura de una realidad personal es un proceso liberador y doloroso, y tenemos que tratarnos con amor y paciencia mientras lo pasamos. Estaremos mejor al otro lado, con espacio para lo que venga, pero ahora hay que dejar ir lo que está.

Ánimo, Reader. Te hago un hueco en mi sofá y dentro de mi manta.

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Tanto antes como ahora (como luego)

Este tarot que te traigo hoy es una baraja que compré con intención de usarla para la próxima edición de los 78 Maníacos, aunque he reculado. Me resulta bastante inquietante, y me hace sentir incómoda, no sé por qué. Estaba pensándolo y creo que es la baraja que tengo que usar hoy, para enfrentar esa incomodidad cara a cara (hola, Marte en Escorpio). Te presento el Deviant Moon Tarot.

El escondite del 10 de espadas no ha sido suficientemente bueno, y al final las espadas le han encontrado. Podemos ver las espadas como la Verdad, un nuevo conocimiento que destruye ese huequito protegido que la figura tenía.

He sido un poco injusta: he empezado con la carta más dramática, pero no me negarás que es la que más llama la atención. A los lados tiene arcanos de bastos (el Fuego de Marte otra vez) que matizan esto. El 3 de bastos mira a las plantas crecer, y a la vez reflexiona sobre su tripa embarazada. Pronto será tanto el tiempo de la cosecha como el del parto, y piensa en todo el esfuerzo invertido en el camino. El 7 de bastos es una figura que estaba perdida en el bosque, y al fin encuentra el camino a casa.

Podemos sentir que esta destrucción de la realidad invalida todo lo que hemos crecido en este tiempo, todo lo que hemos trabajado, y que ahora ese esfuerzo no ha servido para nada. Pero gracias a ella hemos salido del bosque hostil, y podemos ver el cielo despejado. La experiencia nos ha cambiado, y eso ni se puede deshacer ni debemos descartarlo. El camino que vamos a empezar ahora lo empezamos con nuestro crecimiento y una visión más limpia de las cosas.

Sé que da vértigo. No tienes que empezar hoy. Cuando te encuentres con fuerzas, da el primer paso.

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Nos vemos al otro lado.

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